Buenos días mis querid@s amigu@s, qué ilusión contemplar que cada vez somos más en nuestro espacio del martes. ¡Cuántas miradas a disfrutar! ¡Qué riqueza!
La importancia de la buena comunicación entre nosotr@s es primordial, si queremos tener una base para una magnífica convivencia y avanzar en nuestras relaciones más profundas.
En el fondo, para que nuestros caminos realmente disfruten de una bonita complicidad son necesarias dos piezas fundamentales: el respeto y la aceptación.
La aceptación incondicional de otras miradas, de otras opiniones, de otros pensamientos diferentes a los nuestros propios, de la manera de vivir emociones, de dinámicas de vida en general… ¡Qué importante todo ello en la calidad personal!
Intercambio de reflexiones, realmente deberíamos entender que se trata de un proceso bidireccional; no obstante, no siempre procedemos de esta guisa. Premisa básica de respeto entre iguales: «yo acepto lo que tú me expresas/compartes; por favor, hazlo tú también conmigo».
Con un poco de honestidad, nuestra opinión no será la correcta, eternamente, ni nuestra mirada la imperante en todos los mundos en que nos movemos; sin embargo, nos gusta que nos respeten. Siendo así, ¿por qué no lo hacemos recíproco? Suena seductor actuar de manera ecuánime ante el respeto de pareceres, ¿no creéis?
Claramente, podemos interiorizar que Aceptar no implica estar de acuerdo en la totalidad de lo que escuchamos o de lo que decimos; es obvio que cada individu@ posee sus criterios en función de diversos ítems, como sus propios valores fundamentales, la esencia de la persona, los hábitats donde convive y va creciendo como ser…
Atención con no recibir, adecuadamente, otras miradas por la edad, por ejemplo. Un pequeño ruego: respetemos las opiniones de personas menores que nosotros, recordemos que la edad no es una licencia para mirar por encima del hombro. También, dispongamos de la tesitura de escuchar a nuestr@s mayores, que nos pueden aportar recorrido de vida, el pensamiento del mayor no siempre estará obsoleto, por mucho que el mundo avance…
Recibir argumentos, que no provienen de nosotr@s mism@s, con el corazón y sin censuras, puede acercarnos muchísimo a esas otras miradas que se nos abren, derivando en una valiosa empatía y llegando a bifurcarse en un lujoso acompañamiento emocional. Y, de este modo, podemos seguir extendiendo nuestras deferencias bien alzadas a crecimientos emocionales, sin importar procedencia de géneros, de razas, de culturas…
La adicción que, a veces, se crea a la actitud de «tener la razón» puede llegar a ser nociva. En primer lugar, si se vuelve una conducta repetitiva, se pueden «perder personas», se condiciona a un único criterio como válido y con este talante, un tanto «tóxico», se acaba fatigando a las otras mentes. En segundo lugar, fulminas la oportunidad de tu propio crecimiento personal, no das oportunidades a ver el prisma desde otro lado y puede ser que tu caminar no avance, como podría hacerlo, «poniendo oído a otras voces».
Puede que, a veces, tengamos dosis extra de orgullo a la hora de decir lo que NO nos gusta y que tiene que ser aceptado por los demás. En un principio, expresar lo que nos desagrada no debería ser una actitud negativa, contemplando las formas; pero, sinceramente, ¿después dejamos opción a réplica? Debería de existir ocasión a ella… El entendimiento está basado en el conocimiento de los argumentos de ambos flancos.
Si partimos de la base de que yo puedo ser sincer@ CONTIGO, ¿por qué no consiento que tú lo seas CONMIGO? ¿Damos lugar a la existencia de una franqueza real? Igual, si esa altivez la «transformásemos», tod@s ganaríamos en positivo… Se me ocurre que una mutación válida podría ser la «opinión con cariño y compasión». ¿Y vosotr@s qué transformación sugerís? Os espero atenta, como siempre.
«Yo te propongo una pequeña transformación, individual, casi imperceptible: Cerrar los ojos y respirar sosegadamente… Sintiendo el palpitar de tu corazón (ese que no te engaña con su ritmo), seguirlo con nuestra respiración: Querida amiga, ahí está la esencia de cada uno. Ahí siento tu mirada y sí, la tengo en cuenta«.
Montserrat Puig
La soberbia reflejada en el poder de la opinión por «decreto», quizás, no es una dinámica de vida potencialmente agradable, entramos en una dictadura de opinión, nada positivo en la convivencia. Sesgamos todo tipo de oportunidades a nuestr@s compañer@s de viaje. No deberíamos de practicar lo que no nos gusta sentir en primera persona.
La existencia de variedad de opiniones nos acaba otorgando mayor libertad en general y tranquilidad de vida, en particular. No se debería dividir el mundo entre quienes están de acuerdo conmigo y quienes no. Tolerancia es la base de no perdernos en nosotr@s mism@s únicamente. La hostilidad a las ideas de los demás nos condiciona en la vida y nos mantiene estáticos en un sólo y único criterio
Sentirnos mal con las opiniones que discrepan de las nuestras, muchas veces está basado en el apego que nosotros mismos hemos otorgado a la nuestra, sin regalar ninguna opción a las ajenas. Puede llegar a ser totalmente contraproducente, interpersonal e intrapersonalmente.
Recordemos que la asertividad no está reñida con la aceptación, para nada. Ella nos conducirá a no tener reacciones desmesuradas ante opiniones que no compartimos pero sí que nos mantendrá en nuestro autorrespeto y autoconcepto personal. La lucha por nosotros mismos no implica la anulación de los seres que nos rodean, cuidado con malinterpretar, no se excluyen; la pluralidad puede convivir perfectamente con el ser individual.
Precioso y preciado ver fluir a las personas en su propia esencia y siendo ell@s mism@s, sin miedo a perderse por ser restringidos en sus consideraciones. No caigamos en la dinámica del alejamiento emocional, en función de un único rasero de convencimiento: el nuestro propio.
Finalmente, querid@s amigu@s, voy a enfocar en mí, como ejemplo: sí, intentaré aplicar en mi propia persona lo reflexionado; estoy segura de que cometo errores y, a veces, no doy pie a sentir de retorno esas otras opiniones valiosísimas. Voy a poner más fuerza para gestionarlo mejor. Menos dosis de mi propio ego me conducirá a más egos que me acompañen y, no por ello, yo desapareceré. BRUTAL
Respetad@s amigu@s, os deseo una semana agradable, donde vuestro criterio sea valorado y apreciado. ¡Por supuesto que lo que deseéis manifestar, en este espacio, será respetado y compartido!
¡Un gran abrazo!
Ana Torres
Estimada Ana, les teves reflexions sempre inspiren… És tan necessari aprendre a mirar més enllà del nostre nas, escoltar a qui ens envolta, reflexionar i decidir què podem aprofitar d’aquell comentari abans de tancar-nos en banda… És una mostra de respecte essencial, tant cap a l’altre com cap a nosaltres mateixos!! Un petonet ben gran 😘
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La meva estimada,
Quanta raó tens a l’hora de parlar del respecte a l’altre i el que nosaltres mateix@s ens mereixem!!
Moltíssimes gràcies per la teva mirada!! Sempre acompanya i llueix!
Una abraçadaaaa enorme!!!
Ana Torres
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BRUTAL!!!! En mayúsculas y también en mayúsculas tu palabra: RESPETO.
Me quedo pensando un momento, … tener presentes a los menores y a nuestros mayores y darme cuenta que nos aportan tanta sabiduría y tanta humanidad, desde la ternura de la espontaneidad y de estar superando ciertos esquemas. «Tener razón»… ¡Cuántas batallas perdidas!
Y esta reflexión tuya me ha hecho conectar, al binomio del respeto el de la compasión, concepto un poco minusvalorado, cuando es el que hace la diferencia en este mundo individualista.
Compasión: Ese valor humano que conjuga la empatía y la comprensión hacia el otro.
Yo te propongo una pequeña transformación, individual, casi imperceptible: Cerrar los ojos y respirar desasosegadamente… Sintiendo el palpitar de tu corazón (ese que no te engaña con su ritmo), seguirlo con nuestra respiración: Querida amiga, ahí está la esencia de cada uno. Ahí siento tu mirada y sí, la tengo en cuenta.
Sin más! Un gran abrazo
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Mi querida Montserrat!
Siempre tan grande, tu opinión, tu mirada, tu esencia!!!
Gracias por ayudarme a dar valor a esa bonita y esencial compasión, base de vida hacia los demás y, sobre todo, hacia un@ mism@.
Esa valiosa propuesta de transformación es más que grande, es un más allá, es un sentir y dejarse fluir… BRUTAL.
Tu mirada es primordial en mi atención, gracias por enfocarla en mí en estos momentos, yo lo hago en ti y siento como se cruzan.
Un abrazo muy púrpura a todo tu ser!! Gracias por regalarnos tu acompañamiento
Ana
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