¡Tu lectura de Mis palabras!

Feliz martes querid@s amigu@s. Muy buenos días o buenas tardes, lo que vosotr@s decidáis, vuestros momentos de mi lectura siempre son muy valiosos.

¿Hablamos un ratito? ¿Una respuesta afirmativa tal vez? Ante mi enorme osadía de creer firmemente que sí y, con todos mis respetos, os voy a dirigir unas palabras. Un monólogo/diálogo interesante a compartir, ya me diréis lo que sugiere a vuestra lectura; una cosa es mi intención, otra muy diferente es la repercusión. Espero que la distancia entre ambos no sea muy grande o insalvable.

Qué importante es la interpretación que le inferimos a aquello que leemos, tanto a nivel general como a nivel más particular. Lecturas innumerables que nos activan los pensamientos, el criterio y, ante todo, las emociones. Aquí y ahora, enfocaremos a las particulares, entre personas que tienen una relación personal, de mayor o menor implicación pero personal.

Debido a la vorágine de vida que llevamos y a las condiciones sociales que nos han acompañado en los últimos tiempos la implementación de la comunicación por escrito es abismal. Efectividad y celeridad por delante, ¿calidad? ¿Sinceramente? Depende del cuidado y la deferencia hacia el otro.

¿Tenemos en cuenta que la palabra escrita aumenta el riesgo de que no se produzca la comunicación como pretendíamos? Perdemos muchos detalles importantes: lenguaje no verbal, oportunidad de más explicaciones instantáneas… ; en fin, nuestra intención se ve malograda. Sí, aparecen las distorsiones de entendimiento.

Francamente disponemos del gran lujo de que nuestras palabras pueden surgir en cualquier momento, simultáneamente o en diferido, además no importa nuestra ubicación; verdaderamente es un gran potencial… Ahora bien, ¿las usamos correctamente? No importa, ¡vamos!, al ataque: SMS (ya bastante obsoleto), Correos electrónicos, WhatsApp, Instagram, Telegram,…

Y empezamos a platicar, o auto-platicar, depende de si nos pueden leer en nuestro instante… Por favor, no es una comunicación instantánea a todas horas, dejemos pie a las circunstancias del receptor y no tiene que implicar que nos ignore, simplemente ha de tener su instante.

En esta realidad, percibimos que tod@s nos hemos vuelto más escritor@s de lo que nos parece, lo cual es muy potente e importante, lo único es si ponemos empeño y/o ganas como comunicador@s para que nuestras relaciones puedan leer lo que queremos transmitir.

Curiosidad: existe quien transmite que no le gusta leer, totalmente lícito, y yo me pregunto, ¿están incomunicad@s? El continuo uso del móvil y/o del ordenador conlleva a una buena cantidad de las correspondientes lecturas; que sí, que lo entiendo, que no es lo mismo que un buen libro, pero quizás acaba surgiendo el gusto por más lecturas, cuanto menos interesante opción.

Escribimos y leemos y, como «supremos» lectores, creemos que inferimos el tono e intención adecuados a aquellos mensajes que nos han sido enviados. ¿Real? Pues a veces sí y otras no; a menudo nuestro estado emocional conducirá a un proceso de interpretación correcto o erróneo. Atentos a esos equívocos y, ante nuestras dudas, antes de que se genere malestar, una actitud cautivadora sería preguntar si nuestra interpretación es la correcta.

¡Cuidado! Nos apresuramos rápidamente a defendernos del agravio que creemos que hemos padecido y, con la cabeza no muy clara, enviamos una respuesta y recibimos otro escrito… Nos surgen esos: «Lo he dicho claro y me contesta lo que quiere», «No te entiendo y yo a ti menos»…; ahora impera la rueda de mal-pensamientos. En este punto, creo que nos entra la idea del Señor de los Anillos, gran obra por cierto, pero no aplicable aquí. Por mucho que me duela: «La Razón NO siempre es ¡MÍA!»

Aumentamos nivel, ¿nuestro oído percibe un «aviso» de respuesta y abrimos conversación pero nuestra mirada sólo recibe la muestra de mensaje eliminado? ¡Sin ningún tipo de explicación! ¿Qué tal decir que me he equivocado y por eso lo he suprimido? No debería de ser necesario, mayoritariamente acostumbra a serlo, para tranquilidad del receptor lo es; ¡ojo! que volvemos a esa rueda de malpensar que tanto daño hace.

Procuremos frenar malas interpretaciones, se convierten en bilaterales, ningún lado con entendimiento, o ganas de tenerlo, sólo ataque y defensa. Sugerencia emocional: nos podemos pausar para no crecer más por ese camino, respirar y no validar todo lo que hemos creído desde el principio sin un conocimiento de causa real.

Hora de honestidad: Yo también he pasado por estas situaciones; actualmente he interiorizado que no debo considerar que mi interpretación es la única correcta, quizás he enfocado en sucesos irreales.

Por suerte, nuestra Inteligencia emocional va por delante, muchas veces, y aplicamos dinámicas que relajan «momentos crispados», como dedicar un poco más de tiempo a lo que decimos o realizar un sondeo de si somos bien interpretados y, sobre todo, en caso contrario, deshacer el entuerto.

A poder ser en cuanto se pueda; lo que no se habla puede ser magnificado por nuestra imaginación, nos queda «flotando» en nuestras cabecitas, para bueno y para malo. Siendo esta última opción la mayoritaria, desafortunadamente está comprobado que es una tendencia humana aplicar la premisa: » Piensa mal y acertarás«.

¿Marcamos nuevamente diferencia? ¿ Y si Reenfocamos «dichos populares» que permitan opciones más positivas de vida? Contrarrestar su poder un poco; por ejemplo, una nueva versión: «Busca el acierto de pensamiento conjunto y verás». Querid@s mí@s, espero las vuestras, como siempre.

La distancia en el tiempo de resolver estos «conflictos» colabora a que se vean engrandecidos y entren en juego más factores que no eran representativos y ahora sí, no hemos dejado opción a la duda. Sí que es importante sentirse valorado pero quizás no nos habían restado ese valor, confirmemos cuanto antes, no profundicemos más en la herida.

En este mundo por el que pasear sería una bonita opción, impera correr y la rapidez de comunicación, el ahorro de tiempo, el hablar desde mi «¡ya!». ¿Imponemos unos momentitos de tranquilidad? Puede derivar en paz emocional, posiblemente la velocidad no será la misma, o sí; lo que queda claro es que nuestro caminar sí que ganará en brillo e intensidad.

Cuidemos de todos nuestros momentos diarios, regalarnos cuidados de acompañamiento tan necesarios. Desechemos esos pensamientos que nos invalidan avanzar en nuestro camino; enfoquemos a charlas que sean constructivas emocionalmente, seguro que las visualizamos con la mirada y el corazón.

Por favor, protejamos las «relaciones de palabra escrita», brillemos con ellas y no nos perdamos en dinámicas que sólo aporten sufrimiento y, lo que es peor, lleguemos a perder a personas o derivar en relaciones tensas que no era necesario vivir. Verdaderamente pueden ser un lujo, pongamos buena disposición a ello. No es más.

Los mensajes que se borran y nuestra mente que vuela para hacer un juicio de valor del «por qué» de este hecho… ¡ay! nuestra mente… Juzga con intención de protección, pero a menudo, nos lleva a un sufrimiento innecesario… ¡Qué más da! ¡Sin más! Para mí lo que se queda dentro y no aclaro acaba haciéndome daño…
Me has hecho pensar en una frase de Marco Aurelio (sé que te gusta) que me ha llegado estos días: «Todo lo que escuchamos es una opinión, no un hecho. Todo lo que vemos, una perspectiva, no la verdad» Ahí lo dejo… Y añado una versión positiva : «Vive y deja vivir» (no sobrevivir)

Montserrat Puig

Querid@s amigu@s, espero que disfrutéis de vuestros mensajes de esta semana y que tengan la mayor fuerza positiva para vosotr@s y vuestro entorno relacional.

¡Un fuerte abrazo!

Ana Torres

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2 comentarios en “¡Tu lectura de Mis palabras!

  1. montserrat1506

    Aunque no nos has dejado de cuidar del todo durante el verano, volemos a estar aquí con tus reflexiones.
    Los mensajes que se borran y nuestra mente que vuela para hacer un juicio de valor del «por qué» de este hecho… ¡ay! nuestra mente… Juzga con intención de protección, pero a menudo, nos lleva a un sufrimiento innecesario… ¡Qué más da! ¡Sin más! Para mí lo que se queda dentro y no aclaro acaba haciéndome daño…
    Me has hecho pensar en una frase de Marco Aurelio (sé que te gusta) que me ha legado estos días: «Todo lo que escuchamos es una opinión, no un hecho. Todo lo que vemos, una perspectiva, no la verdad» Ahí lo dejo… Y te añado una versión positiva de una frase/refrán(?) que me gusta mucho: «Vive y deja vivir» (no sobrevivir)
    Un abrazo

    Le gusta a 1 persona

    1. Mi querida amiga,
      Qué gran verdad hablar de esos juicios que nos conducen a sufrimientos innecesarios. No nos dejemos manipular y a fluir de manera brillante, el camino será más dulce de llevar dentro de nuestra propia perspectiva de la realidad.

      Me encanta el lema que has compartido, de hecho siempre me ha gustado llevarlo en mi propio estandarte!!

      Un abrazo enorme y a seguir viviendo.

      Ana

      Le gusta a 1 persona

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