Silencio, qué bonito suenas

Muy buenos días querida familia. Hoy me presento enamorada de la ausencia de ruido, a solas con vosotr@s, respirando tranquilamente. Me gustaría poder transmitiros semejante sensación y que, mientras estéis leyendo, suene beneficioso para vuestra persona.

Día a día vamos por nuestro sendero y no dejamos de escuchar determinados zumbidos que nos alteran un caminar más tranquilo; es bastante normal, tod@s y todo «resonamos», lo aceptamos. No obstante, vamos a intentar, por un instante, la no presencia de tanto ruido, una gran-disminución: podemos alcanzar una apreciada calma esencial para nuestra persona.

No es que de golpe vayamos a callar nuestra voz ni tampoco haremos enmudecer a quien se nos dirige; somos seres sociales y la base de nuestra convivencia es la buena comunicación. Tampoco apelamos a aislarnos absolutamente; los ruidos emergen de múltiples fuentes, la pauta de la vida diaria los proporciona: la circulación, las obras de «mejora», las conversaciones ajenas, el trajín de los comercios… Realidades que forman parte de nuestro mundo y a las cuales nos acostumbramos. Sin embargo, ¿no necesitamos oportunidades de mayor serenidad? ¡Vamos junt@s a por ellas!

Es muy curioso, estamos tan acostumbrados a convivir con tal pluralidad de estridencias que, aun sonando alguna de ellas, llegamos a pronunciar nuestra valiosa frase: «¡Qué paz se respira!». Por favor, evoquemos a dicho recuerdo y Nuestra Kabaña hoy os invita a vivir, de vez en cuando, sin atender tanto sonido exterior e incluso alguno que provenga de nuestro interior. ¿Reto inalcanzable? ¡No! Busquemos alternativas que lo permitan.

No digo que sea fácil, si bien intentarlo es un paso, busquemos instantes en los que gocemos en exclusividad de nuestra esencia, esquivando todo aquello externo que pueda retumbar en nuestra cabecita; efectivamente frenemos el ritmo dulcemente.

Apaciguarnos gracias a un agradable silencio, que nos baja nuestros niveles de estrés, bien por nuestras dinámicas individuales o bien por situaciones extremas de los movimientos de la vida, más allá de nuestro control… Detener a nuestra mente en un aquí y ahora, alejándonos totalmente de cualquier disrupción que nos cause distracción de nuestro «rinconcito de sosiego» , en él saboreamos un ambiente sublime y consigue regalarnos sentir nuestro respirar de manera acompasada y tranquila. Fluimos alejados de elementos nocivos. ¡Qué bien suena!

¡Ey! Para conseguirlo no nos tenemos que esconder o paralizar, ni mucho menos justificar a mirada ajena. Además, desde nuestra particularidad, seguro que existen actividades, de esas que nos llenan interiormente, y combinadas con ese sigilo tan provechoso, pueden derivar en calidad de vida: un baño relajante, la lectura de un libro atrayente, el contemplar obras de arte naturales (contemplar el cielo, una puesta/salida del sol, de la luna, el mar..), escuchar esa música; sí escuchar música nos puede llevar a nuestro silencio interior…

El poder de conectarnos con nosotros mismos y ofrecer a nuestro foro interno un ambiente espectacular es un propósito real no tiene porqué ser una utopía inalcanzable. Lo podemos conseguir en unos cuantos de nuestros sitios frecuentados, otorgándoles otra apreciación, subiéndoles nuestra valoración personal después de experiencia tan positiva. Por favor, vigilemos esos «NOES» que nos generamos de inicio, derivan en decepciones y rompen ese encantamiento mágico que «SÍ» podíamos haber conseguido.

Y, cuando realmente vives tus momentos propios, llenos de magia, lo sientes como un precioso regalo: respetarte y poner consciencia plena en ti mism@, disfrutándote, como si desaparecieras del mundo echando un velo a tu alrededor. Te sientes cautivad@ ante tu tranquilidad mental, sin apremios ni ponderaciones elevadas de imposiciones ruidosas… Nuestra paz interior no siempre necesita la ausencia total de sonidos pero sí de ruidos que nos destrozan a nivel nervioso, bajar los decibelios exteriores e interiores.

Renovación de energía interna, gran contribución a nuestro bienestar emocional, como si hicieras el amor contigo mismo o las paces con tu ser interno. No nos preocupemos, no es fantasía, aceptamos que volveremos al mundo donde imperan, de nuevo, esos grandes volúmenes. Quizás, ahora, entremos más renovados y auténticos, variando algún sendero y aquellos sonidos se transformen o lo soportemos desde diferente ángulo, quién sabe.

Interesante encontrar nuestros espacios temporales de silencio como hábitos de salud, no dejar tal privilegio en «standby» , exclusivamente para aquellos períodos en los cuales se regalen más a ello. Que sí que es cierto que nuestro tiempo está acotado y cada cual sabe de sus necesidades y obligaciones; no hace falta que duren eternamente…

¿Entonces suena el silencio? Puede que sí o que no, depende de los gustos de la persona. Todo en función de nuestra esencia; eso sí, en él cada cual elige formato y nos podemos encontrar tarareando, escuchando el canto de los pájaros o nuestra música o elegir una meditación suave…, tantas opciones como individu@s.

¿Tanto puede implicar no oír ruidos? Creo que es lo que más se puede asemejar a escucharnos a nosotros mismos, desde nuestro interior, limitando sonidos y pensamientos, buscando lo que nos aporta y suma. Por ejemplo, nuestra memoria gana con esos silencios, en esos instantes de reposo, aprovechamos para visualizar aquello que deseamos y trasladarlo más allá en nuestro interior; seguramente después será más fácil recordarlo en nuestro exterior más ruidoso.

¿Y qué obtenemos con todo ello? Otorgarnos nuestras preciadas licencias de desenfocar de lo que nos oprime y, quizás, pueda implicar bajar el punto de mira porque nuestra mirada se ha suavizado y llegar a convivir con ello sin tortura. Ganar tranquilidad ante el mundo del ruido. Mira qué bonito suena.

Cuidado que siempre encontraremos excusas de obligación, o nos las recordarán, que nos dejamos señalar ajenamente y nos perdemos de manera unipersonal nuestros momentazos. ¡Ah! Por cierto, dosis de realidad nos susurran que para la única persona que somos imprescindibles, en todo momento, es para nosotr@s mism@s; así que abandonemos titularidades, por un ratito, de nuestros entornos, callemos esos gritos dirigentes: lo necesitamos. Eso sí que es cuidarse a un@ mism@. Sin más sonido que al que decidamos prestar nuestros oídos.

«Vivo mis momentos de silencio; hoy he hecho uno de esos momentos junto a mi piano, cuando lo toco, siento que él y yo estamos juntos, es una gran paz. También, destaco que tengo la suerte de que en mi casa puedo vivir mis momentos de respiración, junto a mi familia»

Dariana Merchán

«Hermosa entrada. La he leído tres veces. El mío es un momento de murmullos internos que no de susurros que me reconstruyan.
Hoy y en este momento, ahora y aquí, yo ando aprendiendo a desaprender sobre ese ruido y ese silencio que no siempre son de mi esencia porque le bajo el volumen y escucho más a mi mente, que es quien remueve experiencias y me «protege» para sobrevivir.
Ando ahí buscando esos momentos y también buscando el botón que reduzca el volumen de los miedos antiguos para escuchar los silencios de mi esencia que me lleva a querer «cuidarme a mi misma» sin expectativas de que nadie me dé aquello que no he pedido, a sentir que nada de lo maravilloso que me pueda dar otro puede hacerme sentir serenidad y tranquilidad si yo no estoy en la misma frecuencia.

Por eso estoy ahí dando espacio a esos silencios internos que me ayudan a reconstruirme. Querida amiga, ahora y aquí, entro en la kabaña y voy a regalarme uno de esos momentos. Gracias por la llave de esta semana»

Montserrat Puig

Momento honestidad: Me gusta gozar de mis momentos de sosiego, me relajan, me dan energía, me empoderan y me auto-valoro como quien soy, simplemente Ana. Y considero que no hago de menos a quienes quiero con locura, simplemente ni me abandono ni me olvido de mí. ¿Lo practico asiduamente? Menos de lo que me gustaría, soy muy cuidadora y, bastantes veces, pondero a los demás por delante de mí. Aún así, creo que voy mejorando, o eso quiero creer.

Lo que sí es cierto es que no necesito marchar de la gran ciudad para tener mis silencios; me considero «hiper-afortunada», en mi hogar disfruto de lugares que se prestan a ello, o yo los contemplo así; desde ellos puedo apreciar la grandeza del cielo o mantener una conversación con mis seres queridos que ya no están pero sí o relatar alguna historia/escrito que me cautive (incluyendo hablar con vosotr@s)… Todo ello un enorme placer.

Mi querida familia os deseo que esta semana, si os vienen ganas, disfrutéis de esos grandes momentazos de silencio, sofocando vuestros ruidos y enfocando en vosotros mismo y vuestra esencia. Muchas gracias por haberme acompañado en este instante de alejamiento de grandes interferencias personales. Brutal.

¡Un abrazo lavanda!

Ana Torres

Anuncio publicitario

2 comentarios en “Silencio, qué bonito suenas

  1. montserrat1506

    Hermosa entrada. La he leído tres veces. El mio es un momento de murmullos internos que no de susurros que me reconstruyan.
    Hoy y en este momento, ahora y aquí, yo ando aprendiendo a desaprender sobre ese ruido y ese silencio que no siempre son de mi esencia porqué le bajo el volumen y escucho más a mi mente, que es quien remueve experiencias y me «protege» para sobrevivir.
    Ando ahí buscando esos momentos y también buscando el botón que reduzca el volumen de los miedos antiguos para escuchar los silencios de mi esencia que me lleva a querer «cuidarme a mi misma» sin expectativas de que nadie me dé aquello que no he pedido, a sentir que nada de lo maravilloso que me pueda dar otro puede hacerme sentir serenidad y tranquilidad si yo no estoy en la misma frecuencia.
    Por eso estoy ahí dando espacio a esos silencios internos que me ayudan a reconstruirme.
    Querida amiga, ahora y aquí, entro en la kabaña y voy a regalarme uno de esos momentos. Gracias por la llave de esta semana. Gracias por el momento y la kabaña.
    Montserrat

    Le gusta a 2 personas

    1. Montserrat, mi querida amiga
      Muchísimas gracias por entrar en nuestra Kabaña y regalarnos compartir tu momento de sentir serenidad y tranquilidad. Tu testimonio de reconstrucción a partir de tus silencios internos nos ayudan a tod@s a ver que hay un más allá y que podemos encontrarnos con nuestra esencia. Nos has hecho un gran regalo.
      Ojalá que tú hayas disfrutado de tu momento, nosotr@s lo hemos sentido.

      Gracias por usar tu llave y entrar en nuestro rincón.

      Ana

      Le gusta a 1 persona

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s